Por Carlos ARENAS POSADAS
Las elecciones del 2-D han zamarreado a la gente que consideraba que nada cambiaría o que, a lo mejor, que la crisis de confianza en el partido de gobierno desembocaría en un acuerdo directo o indirecto entre partidos de izquierda. Tras la sorpresa mayúscula, muchos nos hemos preguntado por el batacazo electoral y, más allá, sobre qué le pasa a la izquierda o, al revés, del porqué del triunfo de la derecha en todas sus variantes. Se han dado múltiples respuestas a esta pregunta. No son las menos importantes las que han aludido a los más de treinta años de limbo político en los que el PSOE ha tenido las riendas de la gobernanza, en los que ha vapuleado las esperanzas puestas en el 4-D de 1977, en el 28-F de 1980 gobernando como minoría extractiva en beneficio de afiliados y clientes. Cabe añadir a esta explicación la desafección de una parte de la gente del PSOE y de Adelante Andalucía con sus líderes respectivos, envueltos en una estúpida pelea de corral de vecinos.