Por Javier ARISTU
Se han desatado las hostilidades dentro del PP. La guerra ha comenzado pero es, sin duda, un conflicto que necesitaba el partido de la derecha española y que venía posponiéndolo desde hace muchos años. El modelo de partido, y posiblemente de estrategia política, que diseñaron Fraga y, sobre todo, Aznar ha saltado por los aires. El PP de los últimos treinta años está enterrándose y no sabemos qué va a salir de este proceso de elecciones internas pero sin duda lo que salga ya no tendrá nada que ver con el partido al que hemos estado acostumbrados. El PP ha tenido tres etapas claramente diferenciadas; a pesar de que su base social y electoral ha podido cambiar poco en estos cuarenta años —sí es verdad que esa base se ha rejuvenecido— el estilo o modo de funcionamiento del partido no ha sido exactamente igual: los dirigentes de cada época han moldeado un “estilo de partido” a su propia forma de ser, la del líder.