Por Ramón BARRAGÁN REINA
(La izquierda en su conjunto, acordando o absteniéndose, podría gobernar de facto)
El desenlace, si nadie lo remedia, puede ser frustrante para todos los españoles que creyeron en las posibilidades de un acuerdo de izquierdas, que representase a 11,6 millones de votantes y que sirviese para echar al PP a la oposición y fuese el comienzo de nuevas políticas progresistas (en sanidad, educación, vivienda, salarios, pensiones, impuestos…) para la mayoría social de este país llamado España, sin establecer distinciones entre naciones, nacionalidades o regiones, aunque eso sí, con una clara vocación de buscar el mejor encaje posible de todos y todas, sin humillaciones, ni privilegios, dentro de una nueva Constitución.