Por Francisco DURÁN LAGO
Una gran parte de los ciudadanos españoles lo intuían desde el principio. Dado el resultado electoral del 20 D y la composición parlamentaria salida de las mismas, concretar acuerdos entre las diferentes fuerzas políticas para llegar a investir a un presidente, y no digo para formar gobierno, iba a ser muy difícil. El camino que se abría iba a ser bastante tortuoso. Las dos votaciones de investidura pusieron de manifiesto varias visiones encontradas, algunas irreconciliables, otras incomprensiblemente surrealistas y peligrosas, pero lo cierto es que las dos fueron fallidas.