Por Francisco J. GONZÁLEZ VÁZQUEZ
Es verdaderamente frustrante que ni los candidatos ni los medios planteen cuáles son las tareas que tendrá que abordar el Parlamento a elegir el próximo 25 de mayo. Por eso me parece interesante recomendar la lectura de dos artículos:
Érase una vez Eurolandia – José Ignacio Torreblanca
Dice, entre otras cosas:
[…] No todo era perfecto, pero llamaba la atención cómo manejaban sus asuntos públicos
Los eurolandos tenían una moneda común y un mercado integrado, con libertad de circulación de bienes, personas, capitales y servicios, pero no tenían impuestos comunes ni emitían deuda en común. Tampoco querían sentarse juntos en los organismos internacionales: en los sitios que contaban, como el FMI, el G-20 o el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, preferían ir por libre, apoyándose en sus viejas identidades y caducas estructuras estatales. Tampoco parecían apreciar las ventajas de tener una política exterior propia, prefiriendo relacionarse bilateralmente con el resto del mundo, aunque fueran más débiles y siempre salieran perdiendo.
Los eurolandos no tenían un gobierno que gobernara ni una oposición que lo criticara. Tampoco un Parlamento que eligiera y controlara a su gobierno o que recaudara impuestos en su nombre. Además, decían no necesitar un Ministerio de Hacienda y no tener interés en que su banco central promoviera el crecimiento y el empleo. Tampoco parecían interesarse mucho por redistribuir la riqueza, sostener a sus mayores, formar a los jóvenes o garantizar la igualdad de oportunidades. Cuando les preguntaban por estas carencias, se encogían de hombros. A todo esto le llamaban “gobernanza”, y parecía no molestarles en demasía. Algunos ni siquiera iban a votar.
¡Apropiémonos de Europa! – Javier García Toni / Hugo Cuello
Dice, entre otras cosas:
Por eso pedimos de manera incansable que los partidos, los medios y las redes educativas nos hablen de política exterior, de empleo, de elusión fiscal, de inmigración o de sistemas de gobernabilidad económica. […] Queremos saber qué visión tienen nuestros representantes sobre temas centrales como las dotaciones de las becas Erasmus, la armonización fiscal, los acuerdos comerciales y la movilidad en Europa. Queremos saber qué ocurrirá con la libertad de circulación o el sistema de transferencia de pensiones y derechos sociales para ciudadanos que residen en otro Estado miembro. Queremos saber cuándo se unificarán los criterios para crear empresas indiferentemente de lo que diga el pasaporte. Queremos preguntarles a nuestros eurodiputados qué plantean en materia de futuro energético. Queremos saber cómo nos afectará la unión bancaria o por qué seguimos teniendo una Unión Europea que dispone de un bochornoso presupuesto que no alcanza un 1% del PIB continental.
Por mi parte añadiría tres temas:
- Una auditoría sobre el funcionamiento de la UE desde la creación del euro, identificando los flujos económicos causantes de la burbuja y la pasividad de las instituciones europeas.
- Ampliar la estrategia Erasmus para fomentar la colaboración entre instituciones similares de diversos paises europeos: Universidades; centros de investigación; ayuntamientos; etc.
- Un plan europeo para salir de la crisis. Claro que este plan necesita un auténtico gobierno y un auténtico parlamento.

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